miércoles, 8 de septiembre de 2010

10 RAZONES PARA QUEDARSE UN PUENTE EN CASA

Cada vez que hay un lunes festivo nos parece increíble, a pesar de que en Colombia se celebran más fiestas que en cualquier otro país del mundo. Los que nunca van a misa levantan los ojos al cielo, suben sus brazos en señal de agradecimiento y de su pecho sale el más sincero agradecimiento.

El 16 de agosto se celebra el día de la Asunción de la Virgen, que es diferente a la Ascensión, otro festivo. Con tantas oportunidades para salir no hay ganas que sobren, pero muchas veces tampoco hay plata que alcance y toca quedarse en el rancho. Pero no hay de qué quejarse, pues te traemos 10 buenas razones para calentar casa un puente.

10. Las películas repetidas: Aunque nadie pone en duda que la programación de los festivos tiende a ser pésima, tampoco se puede negar que resulta divertido volver en el tiempo y ver a Silvestre Stallone como Rambo o a Arnold Schwarzenegger como Terminator. Adrenalina pura de los viejos tiempos. Para los más románticos, siempre estará Titanic esperando por una lágrima de cocodrilo.

9. Alimentarse en la cama: A mamás y abuelas se les ponen los pelos de punta, pero nadie deja de sentirse la persona más afortunada del mundo cuando logra escabullirse hasta la cama con el desayuno, el almuerzo o la comida.

8. No bañarse: Otra razón que apela al pecado capital de la pereza. Pero, ¿por qué no consagrar un día al primitivo estado humano y darse el lujo de la suciedad? Es un poco gatuno, pero hay que reconocer que en estos días de frío, cualquiera le huye al agua.

7. Domicilios: Para quienes viven en Hotel Mamá es completamente normal comer en la casa sin el mínimo esfuerzo, pero quienes viven solos y son sus propios cocineros sufren del suplicio de preparar sus propios alimentos y lavar platos. Así que bueno, un domicilio al año, no hace daño. Y menos si se combina con el número 9.

6. No hacer fila en ninguna parte: Por más desafortunado que uno se pueda sentir al quedarse en la ciudad mientras todos viajan a broncearse o a hacer fogatas hippie-play en la sabana, el lado bueno es que la ciudad se queda vacía. Nada de filas en Transmilenio o los supermercados. Es como ser cliente VIP en todas partes.

5. Cero tráfico: Otro de los efectos de las vacaciones, es que el tráfico se desplaza a las carreteras y en la ciudad todas las calles parecen autopistas. Adiós a la contaminación, los trancones y los pitos. Un paraíso que dura tres días y que vale la pena vivir.

4. Transporte público digno: Entrar a un bus o Transmilenio y encontrar una silla vacía es un lujo que pocos días de la vida se puede encontrar. Nada de restregones desagradables, axilas en la cara y miedo al cosquilleo.

3. Ciclovía doble: Los aficionados al deporte esperan el domingo durante toda la semana para que llegue la ciclovía. Y nada mejor cuando la recompensa de la espera llega en doble porción: el domingo y el lunes festivo. Y lo mejor es que la espera para la siguiente semana se reduce en un día.

2. Aire puro: Gracias al desocupe mismo de la ciudad y, como uno de los efectos del punto 5, se puede respirar aire de calidad. Un merecido descanso para los pulmones y un buen efecto para disfrutar del a ciclovía como se debe: con todo el aguante.

1. Nada de vanidad calentana: Lo mejor de todo. No tener que preocuparse por verse bien en vestido de baño y tomar todas las medidas necesarias para hacerlo. Nada de visitas previas a la peluquería, nada de dietas y nada de cremas bronceadoras, para no verse tan blanco. ¿A quién le importa lo blanco o gordo que uno esté mientras come pizza viendo Rambo en su propia cama?


No hay comentarios:

Publicar un comentario